Mirar un poco más allá. Un poco más profundo.
Conocerse un poquito más, cada día (y re-conocerse).
Abrirse al llanto. Desparramarse en la risa.
Celebrar cada pequeño don que se nos ha dado, que hemos sabido aprovechar y nos arriesgamos a ponerlo en valor.
Tocar nuestra fragilidad. Abrazar nuestra vulnerabilidad. Respirar nuestra fortaleza.
Y gritar a pleno pulmón: aquí estoy,
o lo que es lo mismo: Eeeegunon mundo!!!

una mirada al interior web

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *