… y con el corazón.
Tomarla como viene.  Con sus luces, sus sombras,  sus imprevistos, sus retos. Sus días y sus noches.
Sus amores y sus dolores, sus dudas y sus certezas. Sus sustos y «arbustos».
Sus indescriptibles regalos. Sus incontables alegrías. Sus lágrimas amargas.  Con toda su fuerza.
Única…y que es la tuya…
Por eso la tomo, cada día, en mis manos. La pasaré  por el corazón.
Y mirándola de frente, le sonreiré (vulnerable, fuerte y decidida) y gritaré: Eeeegunon mundo!!!!

tomar la vida en las manos web

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *