Y porque somos sorprendentes, capaces y creativos.  Desesperantes, limitados e inconstantes. Los más generosos, un poco egoistas.

Porque somos luz y pedazos de sombra. Grito y silencio.

Porque podemos y no queremos. Y aunque queremos a veces no podemos. Y podemos y queremos y lo hacemos.

Porque somos suma. Y fracción.

Porque creamos y rompemos. Buscamos. Encontramos. Y lo perdemos.

Y somos corazón. Y cabeza. Y víscera. Y temple. Y pasión. Y calma.

Y no nada más… ni todo el tiempo.

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *