Para quienes sois mi refugio. A quienes tenéis la maravillosa habilidad de abrir mis cerraduras más oxidadas. Para quienes oxigenáis mis pequeños ahogos y llenáis de luz mis rincones oscuros. A los/las que sois una puerta abierta a la que puedo acudir y sé que siempre encontraré vuestra presencia incondicional.

Mi abrazo más apachurrado, mi muxote potolo más genuino,  es vuestro. Siempre.

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En los suburbios de La Habana, llaman al amigo mi tierra o mi sangre. En Caracas, el amigo es mi pana o mi llave: pana, por panadería, la fuente del buen pan para las hambres del alma; y llave por…

– Llave, por llave -me dice Mario Benedetti.

Y me cuenta que cuando vivía en Buenos Aires, en los tiempos del terror, él llevaba cinco llaves ajenas en su llavero: cinco llaves, de cinco casas, de cinco amigos: las llaves que lo salvaron.

Eduardo Galeano, El Libro de los Abrazos

 

2 comentarios

    1. ¡Gracias a tí Silvina por leernos y disfrutarnos! Vosotros/as dais todo el sentido a esta propuesta muxotepotolobatera!! un MPB grande (un besote gordote) para tí! Smuaaaaaaak!!!

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